No está mal de frikismo la cabecera, no...

viernes, 25 de abril de 2008

Culpable!!!!!

Hola amiguitos, tras una larga espera cortesía de ya.com, vuelvo a tener conexión a internet, por lo tanto, un saludo a la parroquia (¡Otro para tí, Patricia!)

Al tema. Es sabido que las letras de todos y cada uno de los grupos de este planeta pretenden transmitir un mensaje, ya sea elaborado, banal, o simplemente el de "no me apetece currarme una letra con fundamento". En definitiva, es la ley del proceso de la comunicación, y si un emisor encuentra un receptor, es indiferente que el mensaje sea una genialidad lírica o una gamberrada, el mensaje existe, y punto.

No temáis, no voy a entrar a realizar una defensa a ultranza del humor en el rock & roll, ya que creo que es una postura por un lado personal mía y por otro subjetiva. Simplemente estoy tratando de llegar a la introducción al concepto que hoy nos va a ocupar. Y en este preciso momento estoy pensando en el tema "La culpa de todo la tiene Yoko Ono" de Def Con Dos. Nunca he sido muy partidario de la ideosincrasia de esa banda, pero hay que reconocer que con joyitas como "Los muertos del Rock" o la que acabo de mencionar, en el tema letras dan en el clavo. Y de eso voy a hablar hoy, del pecado y la culpa de Yoko Ono.

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Siempre se ha hablado mucho sobre la muerte del Rock; decir que "está muerto" siempre ha sido un recurso muy cool, tanto desde el punto de vista rompedor y transgresor como desde el lado conservador y victimista. Evidentemente el Rock como género musical sobrevive al estilo mileurista, es decir, de seguir las cosas como a día de hoy, nunca llegará a poseer una mansión en los mass media pero tampoco se va a morir de hambre en el underground más piojoso. Clase media obrera, que se llama, y eso es algo que está bien, significa que todo este tinglado ha llegado a su madurez como parte del subconsciente colectivo de la cultura popular; escuchar un tema interpretado por guitarras, bajo, batería y voz es algo tan cotidiano como bajar a por el pan o comerse un pintxo de tortilla de patata. Pero, en cierto modo, decir que el Rock & Roll está muerto puede tener algo de sentido filosófico. Y si hay que poner fecha a esa muerte metafórica, yo lo tengo muy claro: El día que John Lennon conoció a Yoko Ono.

En contra de lo que opinan los geniales redactores de Cinecutre o Viruete, señalando con su dedo acusador a Welma, la secundaria de Scooby Doo, no temo equivocarme al decir que Yoko Ono es la primera Gafapasta de la historia, no por imagen o "periféricos" (Perdón por la Geekada), sino por conducta y mensaje.

Yoko Ono acabó con el mensaje del Rock primigenio, aquel cuya rebeldía radicaba en no reivindicar nada y simplemente pasarlo bien. Como he dicho en otras ocasiones, les dió por disfrazarse de moteros, pero no hubiera sido extraño que a todos aquellos pioneros les hubiera dado por vestirse de bailarinas de can-can, la cuestión era dar la nota y echar unas risas haciendo música. Concluyendo, Yoko Ono acabó de un plumazo con el mensaje de gente como Chuck Berry, el de la labor de grandes instrumentistas y músicos realizando "arte fácil" para divertirse y divertir, para desatar el "mensaje gafapasta", el de gente sin talento haciendo "arte difícil" para reivindicarse como artistas.

En este momento me está costando expresarme un poco, pero desde mi punto de vista, Yoko Ono es responsable de muchos de los males que asolan el Rock en la actualidad desde sus propias entrañas, ya que ella fue quien abrió la "Caja de Gafapandora". Por ello, cada vez que un blackmetalero quema una iglesia artísticamente admirable en escandinavia, cada vez que un rapero tirotea a un miembro de una banda rival o un emo se sube a la azotea de un instituto con un M-16 en U.S.A., cada vez que una manada de über-manolos apalea a un subsahariano de origen masai en el metro de Valencia pensando en las letras de Estandarte 88 y alegando la superioridad de su raza (Lo cual tiene guasa, menuda "superioridad"...) , encuentro el sello de la obra de Yoko Ono.

Para terminar, Yoko Ono es culpable de la muerte filosófica del Rock, una especie de muerte cerebral que representa el fin de la inocencia de esta maravillosa forma de ver la música popular. La aparición de esta señora en la escena del famoseo Rockero supuso el comienzo de una era en la que la imagen pública de un ejecutante fuera del escenario o el ámbito de composición es tan importante o más que su capacidad de crear y entretener.

Como decían los Def Con Dos, La culpa de todo la tiene Yoko Ono, primera gafapasta.