No está mal de frikismo la cabecera, no...

jueves, 8 de octubre de 2009

Gavin y el DRUM IQ

Conocimiento del juego.

Es un término que últimamente se ha puesto de moda en el mundillo del BA-LON-CES-TO, como decía Pepu. Los americanos lo llaman Basketball IQ, término cuya traducción literal vendría a ser "Coeficiente Intelectual Baloncestístico". Lo listo que es un jugador en lo suyo, vamos.

¿Que es exactamente el Basketball IQ? Pues vendría a ser la suma de dos conceptos heterogéneos como son, por un lado, los conocimientos estratégicos de un jugador, y por otro su talento innato. En resumen, el sumando de la capacidad de un baloncestista para ser entrenador y comprender su deporte como lo haría un general, unido a la calidad, genialidad, chispa congénita, etc... Para que me entendáis los futboleros, si existiera el "Footbal IQ", posiblemente el jugador con "las mejores notas" en este aspecto sería Xabi Hernández, medio-centro del Barça.

Pues bien, volviendo al Basquet, los dos ejemplos de libro de jugadores superdotados en el tema del Basketball IQ son Larry Bird y Earvin "Magic" Johnson, jugador sobrio el uno, arquetipo del espectáculo el otro. Y del mismo modo, los dos jugadores a los que se puede apuntar como menos dotados en Basketball IQ de la historia de la NBA son Vince Carter y Tim Kempton, All Star y doble campeón del concurso de mates el uno, gregario gris el otro.

¿A que viene todo esto? Pues que en la batería como instrumento musical pasa lo mismo. Existe un Drum IQ, un conocimiento del medio, que podría definirse como el hecho de ver el cuadro completo y no solo los trazos, es decir, percibir lo que se toca como una tridimensionalidad y no como el conjunto de tres planos monodimensionales.

Y aquí pasa como con Larry, Magic, Carter y Kempton. En una época de extremismos se puede ser un crack siendo tanto un baterista recargado como un baterista comedido, del mismo modo que se puede ser un zote siendo tanto un baterista recargado como un baterista comedido.

Vivimos en la época del "o". Es decir, uno como baterista debe decantarse por una facción y ser un barroco rayante "O" un soso sin alma, uno como baterista debe decantarse por comprarse un kit de cuatro piezas y tocar bombo-caja con cara de listo y trascendente porque es lo que manda la moda, "O" hacerse con un macrokit de 20.000 piezas y a correr como un loco, y el último puchi. Y al decantarse, imperativo social mediante, por una de las dos opciones, lo que se hace es desvirtuar al instrumento.

Lo que yo opino es que no hay que tenerle miedo ni a "tocar de menos" ni a "tocar de más". Lo que hay que hacer es conocer la canción, saber que emociones quieres transmitir y pensar en global, y no solo en lo que se supone que el mundo diga que debes hacer.

Pues bien, el mejor ejemplo de pensar en global, de no tener miedo y de ver el cuadro entero que se me ocurre ahora mismo es el señor Gavin Harrison.

Vidéos al canto, atención a los dos últimos:

















4 comentarios:

Mariate dijo...

miau!xD

cobelo dijo...

Guau jeje! Como poraki tía!?

Mariate dijo...

Pues ya ves...es lo que tiene el aburrimiento (sin acritud xDD)

Pau dijo...

Interesante artículo. Me gustaría añadir a Benny Greb en la lista de baterías con un DrumIQ elevado (de los que llevan un set más discretito, eso sí :P).