Hoy vuelve a tocar post multitemático, lo cual se está convirtiendo en una costumbre. Supongo que en cuanto abandone mi condición de parado y deje de ocupar mi tiempo con artes como la contemplación y la meditación para doblar el lomo como la gente normal, las entradas del blog se irán acortando y espaciando en el tiempo, es ley de vida.
Para comenzar a lo grande, y como diría el gran Chiquito de la Calzada, ¡¡ Tengo pupita en el diodenoooorrll !! Para los profanos en el arte de Gregorio Sanchez, de profesión "Lingüista como puedas" (¿Habrá alguien que haya supuesto un mayor cambio para la lengua castellana en los últimos 200 años?) , procedo a traducir: Tengo agujetas en brazos, piernas y espalda, y considerables ampollas en las manos (No está nada mal para un parado). Pese a que ambas dolencias se originan en una misma explicación, el camino que me ha llevado a ellas es diferente, fruto de la pasión en ambos casos, pero distinto en la forma.
Las molestia musculares vienen dadas por la fea manía que tenemos la gente en esta maravillosa tierra que es Euskal Herría de practicar el sexo únicamente cada cambio de solsticio o coincidiendo con alineaciones planetarias. Milagrosamente, a mí me tocó anteayer, y la falta de costumbre ha provocado que parezca que el Hummer tuneado de Shaquile O´Neal me haya pasado por encima.
La falta de costumbre también ha provocado las ampollas de las manos. Es la falta de costumbre de tocar sin guantes. Los perdí en carnavales, los saqué porque eran necesarios para el disfraz. Eran unos preciosos guantes Zildjian de piel sintética combinada con tejido transpirable, y me quedaban, como dice Bertín Osborne, alicatáos. Recuerdo el momento, bizarro de cojones. Estaba con mi amígo Juan Carlos Viso, grandísimo baterista de los no menos grandes Zumo Negro, a las 7:00 a.m. hora zulú, devorando un bocadillo frente a la estatua de Tonetti (El Robocop de los Clowns, mitad vizcaino, mitad cántabro, todo payaso), y me los quité, es lo que exige el mecanismo de funcionamiento de los bocatas. Y allí se quedaron. Y hoy me ha dado por subir al local y ponerme a tocar encima del mp3. Y me he desbocado con el Change of Seasons y el Metropolis de los putos Dream Theater. Y como no hay guantes, pues tengo las manos como Richard Claydermann en una final del Manomanista. Ay, Dios mío, Dios mío, no pesan los años, dicen...
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Cambio de tercio, ¡Hop! Ahora mismo tengo abierta, en otra ventana, la web con los resultados del Rockferendum, esa pantomima que montan los amiguitos de la Heavy Rock y la Kerrang cada més de febrero, echadle un vistazo:
http://www.mariskalrock.com/ampliacion.php?Id=4711
Ya no se ni qué pensar. Antes me ponía como un basilisco al ver estas idioteces, que no hacen más que corroborar lo que cualquiera con dos dedos de frente de sobra conoce, a saber; el estamento periodistico rockero es un nido de sinvergüenzas vendidos a las discográficas, el Jebi medio de a pie es diréctamente imbécil, gracias a la prensa, que ha convertido al estamento social metálico en una manada de borregos similares a quinceañeras histéricas y lectoras del Superpop pero con chupa de cuero y greñas, y lo último, y más grave, hoy en día la música es un concepto secundario en la cultura rockera. Lo dicho, que antes estos espectáculos dantescos me provocaban enfados importantes, pero hoy me da la risa, es lo menos que puede pasar al ver categorías como "Mejor vestido", "Villano del año" o "Mejor videojuego". En fin...
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Para terminar, una cosita más. Ya que estaba en faena, he andado indagando en la web de ese caradura y mangui que es el "señor" Mariskal Romero, y leyendo leyendo, he llegado a una especie de colaboración-entrevista que cada mes hace un grupo de renombre, mostrando los que para ellos son los 10 discos favoritos de sus bandas preferidas. Este más se conoce que es el turno de los Breed 77, un grupo que está muy bien, pero ese no es el tema. El tema es, una vez más, la prensa. Esa prensa que mete una serie de ideas en las cabezas de los lectores y los convierten en dogmas y verdades absolutas. La gente de Breed 77 son gente que, a la vista está, tienen talento para hacer Rock, y por eso me duele ver en su lista conceptos como "Iron Maiden-The Number of the Beast: Que decir del mejor disco del Metal, que monstruos", "King Diamond-Abigail: Perfección dentro de lo conceptual en el Heavy", "Metallica-Master of Puppets: El mejor disco de Metallica puso el listón muy alto" o "Pantera-Vulgar display of Power: ¿Quieres Heavy? Aquí tienes la perfección". Todas estas opiniones son perféctamente válidas y respetables, pero lo triste es que unos músicos solventes reciten por voluntad propia lo que, como gente normal igual que tú y yo, les han venido recitando las revistas desde que eran críos y ni siquiera soñaban con dedicarse a la música. No estoy diciendo que el Master o el Number of the Beast no sean grades discos, es innegable que son absolutas obras maestras en su género, simplemente estoy denunciando el que la gente deba considerarlos como tales porque alguien sin conocimientos sobre como y porqué se hace la música lo venga diciendo desde hace años, y que este "Porque sí y porque yo lo valgo" no sea siquiera cuestionado por el estamento ejecutante, es decir, los propios músicos.
Total, ni que fueran a cambiar su manera de actuar porque yo lo diga... menudos kinkis.
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1 comentario:
ya tardabas en mentar el rockferendum, jejeje.
Mariskal, gran personaje, zi zeñó
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