No está mal de frikismo la cabecera, no...

miércoles, 13 de febrero de 2008

Por Fin!!! : Toda la verdad sobre la batería.

Bueno, llegamos a la madre del cordero, la razón por la que, inconscientemente, comencé este blog, y en vista que puede que me tire un mes sin postear por lo de la mudanza etc. (Si, me cambio de piso, y me voy a vivir al Campo de Volantín, nuevo pijo habemus), pues me voy a lanzar a la piscina.

Al turrón!!! Comencemos por reflexionar acerca de la esencia de la batería no como parte de la música sino desde el punto de vista de su creación como artefacto destinado a crearla. La batería es un instrumento muy moderno, las primeras aproximaciones datan de principios del siglo XX, y es por ello que en este instrumento la mezcolanza afro-europea de culturas aplicada a la composición es más patente que en cualquier otro instrumento, un nuevo concepto de percusión ideológica y técnicamente virgen ante la oleada de nuevas tendencias musicales.

Pongámonos en situación: La guerra de secesión norteamericana, la efeméride definitiva a nivel histórico en cuanto a la redefinición de la música popular a escala planetaria.

Como todo el mundo sabe, la excusa que se puso para ese conflicto (Costumbre muy arraigada entre los mandatarios norteamericanos) fue el derecho de las personas sometidas al yugo de la esclavitud a tener una vida digna. Los verdaderos objetivos eran controlar el mercado agrícola del algodón, donde estos esclavos conformaban un grueso de mano de obra gratuita y abnegada, y la frontera con Méjico. Estos esclavos, en ocasiones, eran formados por sus "propietarios" en determinadas artes musicales, siempre desde el punto de vista de la composición clásica "occidental-europea", y con diferentes fines y objetivos, ya fueran el mero entretenimiento a través de la escucha, o casos mucho más crueles, como los niños a los que en edad de formarse físicamente se les obligaba a practicar día y noche los rudimentos del redoblante (Antecesor de la caja) para crear física y mentalmente máquinas del instrumento, y que al entrar en combate (No entiendo de artes militares, pero se supone que con los cambios de stroke-roll las alineaciones de los soldados variaban) no supusieran una baja sensible, al ser esclavos con un color de piel diferente al de sus amos.

Evidentemente, el bagage cultural africano no se había perdido, y fue transmitiéndose a la vez que los modos europeos iban calando y asimilándose dentro de esa tradición. Es el momento donde aparecen de manera abstracta conceptos como el swing, no el genero que aparecería después, sino la capacidad y voluntad de otorgar una percepción ternaria a una construcción binaria (Iniciando el desarrollo de las ilusiones rítmicas en la música popular), o el Blue Note, el primer paso para espiritualizar las evoluciones cromáticas como manera de "oscurecer" un sentimiento.

Este nuevo panorama de mestizaje socio-musical alcanzó a todos los instrumentos, pero la percusión fue el campo que más notó el cambio. La tradición austriaca unida al gusto por lo ternario suponía una bomba en el motor rítmico de la música popular, y todo ello en un mundo donde los instrumentistas comenzaban a tratar el tema de la utilización de multiples piezas...

Los años pasan y nos encontramos en la era del cine mudo, y, al contrario de la imagen que se nos ha proyectado a las gentes del siglo XXI, no sólo era un piano el que acompañaba como "score" a las imágenes dentro de la propia sala, sino una banda al completo. Evidentemente, ese era un gasto importante, por lo que un músico ejecutaba varios instrumentos dependiendo de la sección que le tocara interpretar, y por supuesto, los percusionistas no eran una excepción. El escaso espacio llevó a la creación de los primeros kits de batería, que resultarían al menos curiosos a la vista del observador contemporáneo, formados por bombos y cajas de "marching band", charles compuestos por crótalos accionados a ras de suelo, y diferentes instrumentos de pequeña percusión ubicados en mesas.

Con el tiempo llegarían las grandes modificaciones revolucionarias, como la creación del pie de charles gracias al gran Papa Jo Jones, o más recientemente, los utilísimos inventos llegados de oriente, como las creaciones del maestro Takashi Hagiwara o la compañia Hoshino Gakki , responsables de artilugios fundamentales hoy en día en materia de herrajes, sin ir más lejos los pies de Jirafa, por nombrar uno. También llegaría la investigación referente a la respuesta de los distintos tipos de madera aplicados a la construcción de instrumentos de percusión, por los que los hoy en día comunes Abedules, Hayas, Caobas, Robles... se sumaron al omnipresente Arce como novedades. La investigación continúa, Gutambú, Cerezo, Nogal...

Y así llegamos a la actualidad, un instrumento aparecido de la imaginación de personas con la necesidad de alegrar una triste realidad a traves de una música mezcla de tradición y aprendizaje, y modificado a través de su propia evolución y la cratividad de unos pocos visionarios de la ingeniería aplicada a la música.

Un gran instrumento, sin duda, y una vía sinigual para que cualquier ser humano canalice sus inquietudes musicales.

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Tenemos el instrumento, pasemos a analizar su uso y disfrute:

¿Para que sirve una batería? ¿Para que sirve un baterista?

Los que seguís este blog sabéis que ahora viena la ensalada de hachazos.

Es lógico que la pregunta ¿Para que sirve una batería - un baterista? tenga múltiples respuestas, dependiendo de multitud de factores como el entorno en que el ejecutante va a realizar su expresión artística, el concepto que se quiera transmitir, las propias posibilidades del músico-instrumento en relación con sus coetáneos, el grado de satisfacción del público tanto objetivo como periférico en relación con sus expectativas... miles de variables, en definitiva, que hacen que las preguntas un tanto abstractas, o al menos con un amplísimo rango de respuesta, como la anteriormente expuesta, no sean susceptibles de encontrar una respuesta del estilo "o negro o blanco".

Como he dicho, es lógico y racional, pero no realista. Vivimos en un mundo competitivo y regido por parámetros estadístico contables, y la música popular, con el Rock a la cabeza, no se iba a librar de esa cruz. De tal modo, encontramos en la actualidad dos corrientes mayoritarias desde el punto de vista de la filosofía del instrumento a la hora de valorar la manera en que las diferentes personas lo abordan, ambas igual de equivocadas, ya que, como he dicho antes, por fortuna no vivimos en un mundo en blanco y negro.

El principal calibre con el que valorar el binomio músico-instrumento es el que se podría considerar "aproximación tecnocrática", todo baterista que ansíe desarrollar su técnica, pasará a desear cada día más y más, obcecándose en el estudio y en la aplicación de lo asimilado a la ejecución de su arte, cada día más irá confiando en las nuevas tecnologías tanto de construcción de baterías como de producción digital, y con el tiempo perderá el alma.

El otro rasero con el que medir al tandem baterista-batería se podría llamar "aproximación proconservadora", y dice que cualquiera que intente hacer que los sonidos producidos por él mismo y sus acompañantes sean agradables y fluidos, tendera con los años a obcecarse con la práctica de mejorar su tempo y su groove, olvidándose de la técnica por completo, y reduciendo su Kit a la mínima expresión (Por supuesto, las pocas piezas son vintage.)

Bueno, pues lo único que queda por decir acerca de estos dos párrafos previos son un par de cosas:

1) Es lo que piensa la mayoría de la gente del ámbito no sólo bateristico sino del Rock en general.
2) Son un par de imbecilidades como dos pianos de grandes.

Por descontado, cualquiera que quiera defender este típo de sandeces en mi presencia verá como le corto los brazos y las piernas para que no pueda hacer nada al observar como le arranco las pelotas a su padre mientras se las meto a su madre por el culo.

¿Y este ataque de salvajismo? os preguntaréis. Es algo normal, este tipo de maneras de pensar son las que están matando al Rock & Roll, y no me refiero sólamente al pensar que las cosas únicamente pueden ser de una u otra manera, que también, sino al ansia por parte de la comunidad por departamentalizarlo todo, asignando toda una serie de pautas de comportamiento a cada forma de hacer las cosas, algo muy preocupante. Y digo preocupante porque yo no voy a perder el sueño si los críos se dividen en sus tribus cada uno con sus pintas y "su" música, son cosas de chavales y todos hemos sido jóvenes, con el tiempo se le pasa a uno la tontería y deja de disfrazarse de vaya usted a saber qué, y los oídos por fin se abren y aparece un nuevo mundo de oportunidades, tanto de placer en la escucha como de aprendizaje para cualquiera que disfrute haciendo música. Digo preocupante porque ese mismo virus que pensábamos que solo afectaba a los adolescentes hiperhormonados con la necesidad de llamar la atención lleva un tiempo afectando a los propios músicos, y lo digo porque lo estoy viviendo en primera persona y desde mi instrumento, la batería.

¿Y sabéis que es lo peor? Este virus de la departamentalizazión y la mente cuadriculada no está enfocando su mal únicamente desde el ya viejo "si x estilo, x conducta", sino que está afectando a lo que es la ejecución del instrumento en si y a las preferencias personales del músico como individualidad creativa. Ya no es solo el tener una imagen asociada a una forma de hacer música, además hay que sumarle la manera en que debes aportar tu creatividad y los propios instrumentos que debes utilizar. Y diré aún más, hemos llegado a un punto en que para la gente en general determinados conceptos que complementandose podrían ser poderosas armas en favor de la creatividad musical pasan por ser antónimos irreconciliables, pondré ejemplos, groove y técnica, espectáculo y sobriedad, sonido y velocidad.... hay miles. Y lo peor, la gente no sabe ni lo que significan esos conceptos. El mundo piensa, aplicándolo a la batería, un montón de gilipolleces sin sentido, para la gente "técnica" significa Mike Portnoy en versión brasas haciendo single stroke rolls, para la gente "groove" significa tener un kit de 4 piezas, para la gente "espectáculo" significa hacer el imbécil y que se te caigan las baquetas, para la gente "sobriedad" significa ser feo y esconderse tras el kit, para la gente "sonido" significa gastar dinero en una batería cara, para la gente "velocidad" significa no dar dos golpes iguales...

Que se saca de estas reflexiones. Pues algo que es para echarse a temblar: El 90% de las valoraciones que se hacen de las acciones de la gente que se dedica a la música están basadas en prejuicios, y de ese 90% más de la mitad se basan el la imagen que proyecta el ejecutante.

Y digo yo, ¿Si tengo un kit de 8 piezas no puedo tener gusto tocando? ¿Si intento dar espectáculo no puedo estar concentrandome en ofecer un tempo sólido y un groove sentido? ¿Si tengo una batería moderna no puedo sonar bien? ¿Acoso tengo prohibido ponerme un polo de Ralph Lauren si quiero seguir siendo rockero, a pesar de estar tocando Thrash Metal a todo trapo?

Bueno, pues os voy a explicar el porqué de una batería en el Rock contemporaneo.

¿Cual es la función de un baterista? La función prioritaria de un baterista es recibir información en forma de riffs y devolver canciones a modo de feedback. Con canciones me refiero al "producto terminado", es decir, un tema redondo y perfectamente asimilable por el oyente a pesr de que el que emitiese los riffs fuera un "guitarrista" de 14 años con el rostro repleto de granos pajeros haciendo ejercicios sin conexión ni feeling entre ellos.

¿Y que hay del Tempo? Os preguntaréis. Bien, llevar el tempo va implícito en la palabra baterista. Imagináos que vais a jugar un partido de fútbol, y en defensa a uno de vuestro equipo se le escapa un contrario en plan descarado y os casca un gol. Le dáis el toque al compañero y os dice "A ver, yo paso de esas cosas como la defensa, me centro más en el arte de mover alternativamente las piernas izquierda y derecha de un modo acompasado para lograr un avance físico más rápido que el mero caminar". Evidentemente, el muy jeta os está describiendo la acción de correr, y si vas a una pachanguita de solteros contra casados, sabes que el correr va implicito. ¿Conclusión? Si algún día habláis con algún baterista sobre su enfoque acerca del instrumento, y os suelta lo de "Yo me centro más en el tempo y el groove", le podéis llamar directamente gilipollas y jeta a la cara.

El tempo y el groove, aquí surge otra gran pregunta, ¿Que es el groove? La gente lleva años especulando sobre una teoría acerca de este concepto, pero yo tengo mi propia definición, y pienso que es mejor que ninguna que cualquier cultureta listillo os pueda dar. Procedo, pues. Groove: Pareja de trozos de tejido cartilaginoso de aproximadamente 6 x 4 cm. situados, en los seres humanos, a ambos lados de la cabeza a una altura media.
Es así de sencillo, oiréis cuentos acerca del groove, que si la economía de notas, que si el backbeat, que si las notas fantasma, que si el espíritu y el feeling y el coño de la bernarda... demasiado folcklore cuando, a fin de cuentas se trata de escuchar, de sentir, y de hacer caso a tu antebrazo, es decir, mirarte a ver si tienes la piel de gallina mientras estás tocando, y en caso positivo, tener la certeza que lo estás haciendo bien.

Este es el mismo método altamente científico para evaluar otro tipo de conceptos. Por ejemplo, hay una cosa que está clara, y es que cuanto mejor técnica tenga un instrumentista, pues mejor, valga la redundancia. Es esto motivo para convertir un tema en una demostración de fuegos artificiales. Definitivamente NO, no y no, punto! Igual que tampoco es motivo para que aparezca una corriente supuestamente minimalista que lo único que reivindica en una voluntad de ocultar unas deficiencias técnicas importantes disfrazándolas de culturetilleo puro y duro. La fórmula para saber si estás tocando de más o de menos, como he dicho antes, es bien fácil, remángate y mira a ver si tienes la piel de pollo, en caso afirmativo, to´palante.

Y como último quehacer del baterista, El Show. Si eres baterista y estás leyendo esto, sólo te diré lo siguiente: Si mientras tocas te apetece expresar tus sentimientos hacia la música de una forma visual y físicamente exagerada, no dejes nunca que nadie te llame fantasma, no dejes nunca que te digan que no es lo correcto, y no dejes nunca de hacerlo. Siempre que no perjudique a tu ejecución claro. Siempre que suenes bien y crees una base sólida para la canción, tienes todo el derecho a hacer el fantoche todo lo que quieras, y si alguien te dice que eso no es música o que para hacer eso mejor al circo, piensa en si has hecho un trabajo serio y eficiente en el plano musical, y en caso de que así haya sido, tienes la venia para reventarle los dientes de un puñetazo al individuo en cuestión sin que tu conciencia se tenga que ver afectada.

Estas son algunas de las trabas que nos encontramos los que nos tomamos en serio nuestro instrumento: Nos encontramos con el muro de los prejuicios determinados por las modas y se nos quitan las ganas de tomar carrerilla para saltarlo.

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