No está mal de frikismo la cabecera, no...

lunes, 24 de diciembre de 2007

Sobre la grandeza

Hola, hoy voy a hablar de Barón Rojo. Por favor, pinchad en el siguiente link (Es un video de Youtube) y vedlo íntegramente, dura como minuto y medio:




Si, puede que sea el momento que mejor define el fin de una era. Efectivamente es el último tiro de Michael Jordan con la camiseta de los Chicago Bulls, el tiro que, después del robo de balón a Karl Malone, sellaba el triunfo de los de rojo en el partido y los proclamaba campeones de la NBA por sexta vez, tercera consecutiva. Y, para mi, es la jugada que mejor representa a Michael Jordan.

Hablemos de grandeza. Michael Jordan comenzo su andadura en la NBA como un saltimbanqui cuya principal aportación al baloncesto era acaparar el show de las mejores jugadas de la semana.Con el tiempo fue adquiriendo una solidez defensiva que le convertiría en uno de los mejores especialistas de la historia, así como un tiro a la altura de los mejores francotiradores de todos los tiempos. Y lo más importante de todo, aprendió a jugar al baloncesto, y de una manera maravillosa, algo que muchas estrellas de hoy en día no pueden decir. Por eso cuando dejor se ser superior al resto por sus culidades físicas, siguió siendo aún mejor porque sí, punto.

Los aficionados al baloncesto de mi generación somos gente afortunada, hemos vivido la era de Larry y Magic, la explosión del baloncesto internacional y hemos llorado la muerte del Elegido en la autopista Ingolstadt-Munich desde el 7 de junio de 1993. De entre esta gente de mi quinta, muchos recordarán de Michael Jordan el famoso mate desde la línea de tiros libres en el All Star de 1988 creando espontáneamente el logo jumpman. O el robo salvando el balón de la banda, reincorporandose al campo y anotando de espaldas al aro con falta. O mil más. Pero para mí, el momento definitivo de Michael Jordan es el del video que os he puesto. ¿Porqué? Ahí está la diferencia entre el estatus de "gran jugador" o "superestrella", y el de "Mejor de todos los tiempos". Eso es la grandeza...

... aparte de algo que, por ejemplo, el amigo Fortu no puede decir de su banda.

Y no debería importarle mucho. El, y su banda, se quedaron con las chicas, ängeles del Infierno se quedaron con la pasta, y a Barón Rojo les dejaron algo que sólo con la perspectiva de los años deja de parecer las migajas del pastel: La grandeza, el prestigio y la categoría.

Retomemos el tema basquet. ¿Que hubiera pasado si Arvydas Sabonis no se hubiera roto los dos tendones de Aquiles? Está claro que hubiera sido el mejor jugador interior de la historia y uno de los mejores de todos los tiempos. Pero eso nunca podremos saberlo a ciencia cierta porque son conjeturas sin apoyo empírico. es como adivinar que hubiera pasado, y ya siento ponerme conspiranóico (Cuando no hay explicación lógica...), si en Chapa Records no hubieran decidido acabar con la inocencia en el Rock y hubiesen sustentado la proyección internacional de cuatro tíos feos, gordos y calvos (Si, Carlos de Castro siempre ha tenido 50 años y nació con barriga y mullet).

Pues si, es lo que pasa cuando se habla del Heavy estatal y se mencionan las palabras Barón y Rojo, no se sabe porqué, pero se advierte una sensación extraña, como si el resto de las bandas que se han mencionado en la conversación hasta ese momento encogiesen, menguasen. Como cuando sales a tomarte unas cañitas y de repente, en un bar, tienen cerveza de importación de barril, y alguien suelta el proverbial "¡... coño, esto es otra cosa!", pues eso, Barón Rojo son otra cosa, son grandes.

Por favor, pinchad en este otro link, es un vídeo grabado la semana pasada, el mánager de los Charlotte Bobcats decidió, ante la mala marcha del equipo, entrenar con ellos para motivarles, disfrutad:



Desde la explanada de Zorrozaurre se ve el museo Guggenheim y, si miras hacia la calle Iruña, la entrada del Metro de Deusto. Por eso, durante el concierto que ofreció Barón Rojo en fiestas de Bilbao este verano, me sentía tan especial. Estaba viendo los restos de una banda GRANDE, como si vas a la playa y te encuentras a Frank Ghery o Norman Foster haciendo castillos de arena, o a Igor Yebra bailando Paquito el Chocolatero en la verbena de fiestas de Deusto. Y viendo a la banda de Sherpa Campuzano y Hermes calabria pasa lo mismo. En definitiva, que viendo a Barón Rojo te sientes como se debieron sentir los jugadores de los Charlotte Bobcats echando una pachanguita con Dios.

Eso es la grandeza. Larga vida al Barón.

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