No está mal de frikismo la cabecera, no...

lunes, 4 de febrero de 2008

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Hay algo que me encanta de los carnavales, y es tener conversaciones relativamente profundas y con una relevancia filosófica que se pueda incluso palpar. ¿Por qué? Porque es gracioso observarlo desde fuera, abstraerse en la medida de lo posible y ver a unos adultos disfrazados de x cosa, más o menos graciosa pero inherentemente cachonda, dialogar o incluso discutir sobre temas que para ellos son totalmente transcedentales.

El viernes pasado tuve una de esas conversaciones con mi amigo Jose Vilabrille, guitarrista de Shisha Pangma, sobre todo el mejunje de ideas y/o pájaros que parece que mucha gente tiene últimamente en la cabeza acerca del pasado en general y la década de los 70 en particular. De hecho, se puede considerar significativo que alguien que forma parte de una banda con clara vocación llamémosla clasica o "setentera", se empiece a cansar de todo el folckore autoinducido que se ha formado alrededor de ese concepto.

Para mi, el ejemplo de la macedonia mental de neuronas y basura que parece imperar últimamente en algunos sectores del Rock es Zach Hill, baterista, ya que en mi anterior entrada me dediqué a hablar de la creme de la creme, es justo que hoy mencione al peor. Para que se me entienda, y separandonos un pelín del tema principal, pero no del de las conversaciones con amigos, debo decir que siempre he tenido en mente lo que podría considerarse el guitarrista definitivo de Rock y Metal, y hoy en día, la persona que más se acerca a ese concepto alojado en mi mente es Matthias Eklund, el majara al frente de Freak Kitchen. Cada vez que, en el ámbito de una conversación, tengo que explicar las características como instrumentista y músico de este figura, lo hago de esta manera: Un guitarrista con todas las virtudes de Morello, Petrucci y Zack Wilde y ninguno de los pocos defectos de estos tres Grandes de su instrumento. Básicamente, es un fenómeno con una gran capacidad como compositor, muchísimo gusto tocando, una técnica perfecta para el rock en todos sus géneros (Y en el sentido más absoluto de la palabra "perfecto"), gran creatividad, tanto para la cración de temas y estructuras como de sonidos nuevos y personales, un feeling de los que ponen los pelos de punta y una actitud en el escenario envidiable. Menudo elemento el Matthias este.

Bien, volviendo al tema del setenterismo desde mi perspectiva "Hachazos sin piedad a Zach Hill", debo explicar quien es Zach Hill, y lo voy a hacer a la manera que explico a la gente quien es Matthias Eklund, que para algo tiene que servir la explicación previa: Es un tío (La palabra baterista no es totálmente adecuada en este momento, prefiero usar Tío) con todos los defectos de Mike Portnoy (Dream Theater), John Theodore (Mars Volta), Fab Moretti (The Strokes) y Dave Lombardo (Slayer) y ninguna de las virtudes de estos grandes bateristas. A grandes rasgos, es cansino, rayante, abusa de utilizar demasiadas notas y golpes, no tiene control ni sobre el instrumento ni sobre como afrontar lo que debe hacer con el, le cuesta escuchar y no tiene ni de lejos la técnica necesaria para un estilo exagerado y recargado como el suyo. Dejo un video para que se entienda mejor lo que acabo de exponer:

http://www.youtube.com/watch?v=jdMDcG3zAEI

¿Son motivos suficientes los expuestos en el párrafo anterior para "odiar" a alguien (Entrecomillo odiar porque odio su manera de afrontar el instrumento, alejado de una batería igual es una persona encantadora) y defenestrar su manera de tocar? Definitivamente NO. Cada músico, independientemente del instrumento y el género musical que practique, es libre de ejecutar los sonidos que de el salgan de la manera que le parezca conveniente y más aproximada a la visión que tenga en su mente de como debe sonar La Música. Entonces ¿Que es lo que tanto me repatea de este zoquete y lo que me llevaría a emitir una orden de alejamiento de 50 Km. más allá de cualquier objeto de madera, metal o bronce susceptible de ser percutido? Procedo a explicarlo:

Pensad en Tommy Lee. Muy bien, ahora dejad de pensar en ese puto yate blanco y en el melonar de Pamela Anderson y pensad en el baterista de Mötley Crue, en contreto remontaos a 1987. Pensad en esa pelambrera cardada causante de la tendiditis de tantos peluqueros, en ese maquillaje a lo niña-gimnasta-soviética haciendo el ejercicio de barras paralelas, y en ese Kit de batería con tres bombos, nueve o diez timbales y más platos que en la vajilla del Palacio Real (Que de hecho giraba sobre el público, pero eso es algo que ahora no viene a cuento).

Ahora pensad en Fabrizzio Moretti, de los Strokes, y ahorradme el comentario sobre su novia Drew Barrimore. Pensad en esa camiseta de la olimpiada de Montreal´76, en esos pantalones de campana y en ese Kit de batería con únicamente un bombo, un timbal, un base, un plato ride y un charles.

Ahora os estaréis preguntando ¿Porqué Tommy Lee usaba una batería desproporcionada mientras Moretti usa una mínima? Pues dejad de preguntároslo, porque la respuesta es harto simple:

ES LA MISMA COSA

Moda, Marketing, tontería, de esa que decía vuestra abuela, "Tu lo que tienes es mucha tontería"... Pues eso, así de simple, hace veinte años estaba de moda vestirse como una puta de 30 Euros, y en el caso de la batería, tener más cosas de las que podías usar, y ahora lo que se estila es vestirse como los extras de la peli Tiburón y tener menos elementos en tu instrumento de las que realmente necesitas (Los grandes maestros del estilo libre -no me sale del escroto decir Jazz por lo pedante que suena- si pueden defenderse con un kit mínimo, los nostálgicos no).

¿Porqué, repito, me repatea tanto esa filosofía minimalista actual? Simplemente, porque es la catarsis de la falsedad en el Rock. La filosofía exagerada y grandilocuente de los años 80 era sólo eso, ostentación por si misma y por divertimento, lo que es más importante. El minimalismo que se ha instaurado desde mediados de los noventa, tanto en lo referente a mi campo, la batería, como al Rock en general, no es real, es pretencioso y esconde una voluntad de ser más de lo que se es no por méritos propios sino por lo que se aparenta. Lo que pretendía ser un movimiento contrario al culto a la imagen que se predicaba en el entorno del espectáculo en los años 80 ha terminado siendo nada más que una vuelta de tuerca a esa filosofía, aún más basada en la apariencia que en épocas pretéritas pero disfrazada de un halo de cultura y transcendencia.

Y volviendo al tema Zach Hill, esta cultura de querer ser más de lo que se es sin serlo ni que lo parezca, aplicada al mundo de la batería, se basa en la filosofía minimalista reinante. Por eso odio la manera de Zach Hill de abordar su instrumento. El que sea un desastre me importa pero no debe afectarme. Lo que me pone del hígado, por no decir de mala ostia, es que intente vender la moto de ser un baterista con una ejecución basada en el menos es más, en el groove y en el sentimiento por el mero hecho de llevar unos pantalones de campana, una camiseta de la olimpiada de Montreal y el pelo como los extras de la película Tiburón, como si disfrazarse de tu tío Cosme en las fotos de su viaje de novios fuera a provocar que por imperativo divino cualquier cosa que toques vaya a sonar fluida, empastada y con un poso artístico a la altura de los más grandes en cualquier disciplina que dependa de las musas y su aparición espontánea. Lo siento mucho, pero las cosas no son así, aunque el standard de lo aceptado socialmente diga lo contrario, por desgracia.

Afortunadamente, tenemos a Matthias, que además de ser El Guitarrista, supongo que habrá tenido conversaciones del pelaje de esta entrada disfrazado de veta tu a saber qué. Es un consuelo.

3 comentarios:

Marino dijo...

Pues a mi el Zach Hill ese en parte me ha producido admiracion y en parte asko... me explico...

Admiracion: si toca en directo lo mismo que en estudio y ha sido capaz de conseguir grabar todo ese barullo de golpes "sin sentido" yendo a tiempo con el metrónomo, ese tio es dios. O tambien es posible que en cada concierto y cada vez que toca la bateria toke lo ke le salga de la misma punta del nabo...

Asco: lo ke he dicho antes... menudo barullo de golpes sin sentido... ¿alguien se ha enterado de que iba la cancion?

Y mismamente podriamos hablar del guitarra... ¿sabe lo que toca? ¿va hasta el culo de LSD?


En fin... grande Cobelo, como siempre

Unai dijo...

Lo de los extras de la peli de tiburon me ha llegado...la definicion es inmejorable...

Pado dijo...

al ver ese video la primera palabra que me ha venido a la mente es "cacofonia", joder, es como cuando yo la flipaba intentando haer breaks imposibles en mi bateria maraca "Sonora" con el consiguiente estrepito porculero que se deba al ser yo mr coordinacion 0 XD