No está mal de frikismo la cabecera, no...

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Los jovenes.

Hoy comienzo con una célebre cita de Jorge Santayana, el famoso "Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo". Supongo que el hecho de haberse formado como académico en la Norteamérica del cambio de siglo y vivir sus últimos días como ensayista en la Europa de posguerra es lo que le llevó a ese tipo de reflexiones. Vivir por un lado un presente de gloria y apogeo individual previo a un colapso colectivo (EE.UU. comenzó a sentirse el catalizador del planeta en esa época, sentimiento que desembocó en la crisis del 29), y por otro un ambiente de depresión social tan propicio para un caldo de cultivo cultural como para la futura aparición de una dictadura, como era Italia en 1920 (En el 19 Mussolini había creado el Fascio), le llevan a uno a pensar así, sobre todo si se tiene aún fresco el genocidio Nativo Americano y se ve venir la que se va a liar en Europa.

Pues lo dicho, con la pequeña exposición que acabo de hacer, queda bastante claro que esa conocida cita está pensada a lo grande, habla del deber de recordar las grandes anchoas económicas y políticas del pasado para que no se repitan.

¿Y que pasa con el mundo a pequeña escala? Personalmente opino que la cita de Santayana se equivoca. La mayor parte de las costumbres vergonzantes del ser humano han sido abolidas bien tras una revolución violenta, bien tras amasar el problema durante años para que se vuelva maleable y así poder solucionarlo mejor. Y en estos casos recordar el pasado lo único que hace es presentarlo como una opción plausible que ha quedado descartada pero que podría volver a ser utilizada. Me explico: Hace 1200 años, es muy posible que cuando un niño viera como su padre agredía a su madre (En cualquier parte del mundo) pensase que al crecer él iba a ser diferente, pero a base de adoctrinamiento intensivo por parte de su propio entorno cultural, también acaba agrediendo a su pareja. Si algún dia se consigue que desaparezcan por completo ese tipo de acciones, lo lógico es eliminar la memoria de esa acción por parte de cada individuo particular, u otro de los miles de casos similares con los que se puede ejemplificar esta idea, para que no se repita.

Concluyendo, que aplicandolo a un contexto sociocultural, en el que cada entorno es diferente debido a múltiples y distintos factores, no considero esta cita aplicable.

Y por supuesto, aún menos en el entorno sociocultural del Rock.

Retrocedamos 20 años. Los 80. Muchos consideran esta época la edad dorada del Heavy Metal. Yo discrepo. Fue una época de inmensa fortuna, en la que, no sé, puede que se alinearan los planetas, puede que las musas decidieran revolotear alegremente por los locales de ensayo de medio mundo, o puede que simplemente la casualidad hiciera que coincidieran en un mismo tiempo una cantidad de talentos increible, pero surgieron grandísimos grupos de Rock Duro por doquier. Y lo jodido es que cuando la gente habla de "Edad de oro del Heavy Metal" no se refiere a esto para nada. Se refieren a las mayas de leopardo, a las chupas con flecos y al hecho de que el 80% de la población joven era Jebi. Había Jebis por todas partes, lo cual no es ni bueno ni malo, es un dato. Y otro dato es que a la juventud siempre le ha llamado la atención lo malvado, lo chungo, lo macarra. Y otro dato, aún más doloroso, es que la mayor parte de esas personas no sabían valorar la verdadera calidad de los grupos que escuchaban. Y hablando de conceptos dolorosos, lo más doloroso para el alma de un observador es ver como se autodefinía la gente, "Yo soy Rocker", "Yo soy Punk", "Yo soy Heavy", "Yo soy Tecno", ¡se autodefinían en tribus!, por una vez los del Telediario dieron en el clavo con la terminología, y quedaban para pegarse. Así, como si eso fuera normal. Por supuesto, las mujeres no se implicaban en estos festejos porque eran meros objetos ante los que lucirse, con lo cual el cuadro ya es para verlo, como se suele decir.

Afortunadamente las cosas cambian...

...pero el pasado no se olvida, y la opción de esa locura de cretinos permanece.

Y hoy es el día, con una juventud maleada que con 15 años está de vuelta de todo (Como en los 80), en el que los chavales vuelven a definirse, vuelven a montarse sus tribus, y sus rivalidades y vuelven a considerar a las personas sin pene objetos ante los que lucirse, y la sociedad del Rock involuciona ante las autodefiniciones, "Yo soy Blacker", "Yo soy Power", "Yo soy Gótico"...

Se me ocurren una explicacion, ya que si los 80 los veo con la perspectiva del tiempo, la situación actual la veo con la perspectiva de la edad, y es la siguiente. Por una parte, al igual que en los 80, los chavales vienen de vivir una época de hipercreatividad musical, no solo han florecido innumerables bandas de incontables estilos a nivel mundial, a nivel local el número de bandas que han proliferado en cualquier ciudad del mundo (La mayoría de calidad) ha saturado el mercado underground, eliminando esta alternativa ante un mercado mainstream también saturado. Los jóvenes no han sido capaces de asimilar tanta información. A esto hay que sumarle la necesidad de vivir una adolescencia que la sociedad, recordemos que están de vuelta de todo, les ha negado. Y quieren jugar a soldados y a mamás. Pero están formando su yo adulto alrededor de ese "Soldado" o esa "Mamá".

Y la historia se repite. Yo soy de los que opina que la historia es cíclica porque queremos que sea cíclica, me niego a creer que no puedo cambiar determinadas cosas.

Y para que algunas cosas cambien hay que olvidarlas, como la sociedad rockera en los 80.

1 comentario:

Inma dijo...

Te mueves bien con las palabras, pero la verdad es que yo tb pienso que no tener recuerdo de los errores equivale a no tener conciencia de ellos, y esto propicia que se repitan. Podría entrar en teorías (psicológicas) sobre gente que cree que es mejor olvidar, pero sería muuuu denso y necesitaría un blog propio...jejeje
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